ORGASMOS DE MEDIODÍA O LO QUE ES LO MISMO… GRACIAS PORQUE LLEGASTE CUANDO MAS TE NECESITABA
2 de la tarde… ¿que puede ser peor que subirte al metro Hidalgo?… y no era Domingo, pero al verte ese Jueves se iluminó. Y no era amor a primera vista, lo nuestro iba más allá… con sólo esa mirada te convertiste en un segundo en mi cómplice.
¿Me creerás que no me fije si eras bonita? Tu mirada ya me había cegado, como para poder descubrirlo, Si ya sé tengo novia, pero esto era diferente, no fue atracción; sino pura y sana complicidad…
Lo mejor es que no te importo que en medio de tanto “galán”, viniera sudando como futbolista en entrevista de medio tiempo (o sea como gorda borracha), lo sé porque tu sonrisa me lo dijo. Además la inocencia de tu mirada, esa que perdí hace tanto (ahora que lo pienso tal vez la dejé en el metro, a no ya sé, la deje junto a la última lagrima que le lloré…), me hacía sentir pleno, lleno… feliz, con todos los bemoles de morirte de hambre tras un día del carajo.
Por cierto no pude decirte nada, y no es que sea tímido, talvez un poco uraño y miedoso. Perdóname aunque de hecho sé, que no buscabas eso y menos con tus papás al lado, o por lo menos eso parecían, porque cuando reaccioné tu papá (o tu guarro, por la cara que puso) ya me había visto y su cara no decía precisamente: - Joven, que gusto… miré es mi hija, juega tennis, estudió ballet y cocina una tarta de zarzamora que te mueres, por cierto haber que día va a cagar a la casa, aquí tiene mi tarjeta. –
En fin, sólo (y solo) quería agradecerte por hacerme el día, y darte un recado para tu papá: Dile que no soy violador, ni degenerado (no hoy por lo menos), ni perredista, ni testigo de Jehová (Dios me libre!!!), ni drogadicto, ni perro (bueno a veces, pero eso sí: sobrio nunca). Dile además que sólo soy alguien que te vio bajar en Centro Médico y que simplemente te devolvió una sonrisa, que te guiño el ojo, que se despidió de ti moviendo la mano como niño en el camión de la escuela regresando del museo de Antropología, y que como siempre fantasea pensando ¿Cómo se llamará?
¿Sabes que? Olvídalo, dile que lo entiendo, pero no olvides decirle que fue tu sonrisa la que me hizo el día, bueno y también tus ojos, y que desde que te vi supe que era debut y despedida para nosotros, que no tenemos futuro y que este tranquilo porque nunca me escuchará llamarle suegro: al fin y al cabo sólo tienes como 4 años.
¿Me creerás que no me fije si eras bonita? Tu mirada ya me había cegado, como para poder descubrirlo, Si ya sé tengo novia, pero esto era diferente, no fue atracción; sino pura y sana complicidad…
Lo mejor es que no te importo que en medio de tanto “galán”, viniera sudando como futbolista en entrevista de medio tiempo (o sea como gorda borracha), lo sé porque tu sonrisa me lo dijo. Además la inocencia de tu mirada, esa que perdí hace tanto (ahora que lo pienso tal vez la dejé en el metro, a no ya sé, la deje junto a la última lagrima que le lloré…), me hacía sentir pleno, lleno… feliz, con todos los bemoles de morirte de hambre tras un día del carajo.
Por cierto no pude decirte nada, y no es que sea tímido, talvez un poco uraño y miedoso. Perdóname aunque de hecho sé, que no buscabas eso y menos con tus papás al lado, o por lo menos eso parecían, porque cuando reaccioné tu papá (o tu guarro, por la cara que puso) ya me había visto y su cara no decía precisamente: - Joven, que gusto… miré es mi hija, juega tennis, estudió ballet y cocina una tarta de zarzamora que te mueres, por cierto haber que día va a cagar a la casa, aquí tiene mi tarjeta. –
En fin, sólo (y solo) quería agradecerte por hacerme el día, y darte un recado para tu papá: Dile que no soy violador, ni degenerado (no hoy por lo menos), ni perredista, ni testigo de Jehová (Dios me libre!!!), ni drogadicto, ni perro (bueno a veces, pero eso sí: sobrio nunca). Dile además que sólo soy alguien que te vio bajar en Centro Médico y que simplemente te devolvió una sonrisa, que te guiño el ojo, que se despidió de ti moviendo la mano como niño en el camión de la escuela regresando del museo de Antropología, y que como siempre fantasea pensando ¿Cómo se llamará?
¿Sabes que? Olvídalo, dile que lo entiendo, pero no olvides decirle que fue tu sonrisa la que me hizo el día, bueno y también tus ojos, y que desde que te vi supe que era debut y despedida para nosotros, que no tenemos futuro y que este tranquilo porque nunca me escuchará llamarle suegro: al fin y al cabo sólo tienes como 4 años.
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