Wednesday, March 22, 2006

CONFESIÓN... ACERCA DE ESTE MALDITO INSOMNIO

Tengo que decir la verdad y no se por donde empezar... No soy, ni seré en un futuro el que escriba nada de lo que aquí aparezca!!!

Sólo es está maldita tristeza la que pretende salir del disfraz de lobo que decidí ponerme, o más bien que tuve que ponerme para no desangrarme por dentro. Sólo es lo que queda de lo que fui, en el infame ataque del destino (al cuál ya casi perdono... pero del que no me olvido); quien hoy necesita escapar de dentro de mi.

Es por eso que por hoy no existe un estúpido profile junto a mi nombre... ¿o que debería decir?: Hola, soy un intento de sonrisa que escribe para sanar las heridas... o talvez ...Saludos, desde el cansancio que implica cargar por años un costal de mierda, los invito a conocerme.

Ni madres, insisto: no soy yo!!! ... talvez algún día lo sea.

Por hoy, pretendo seguir justificando mis levantadas tarde todos los días, para no aceptar que me da miedo el día, que tengo miedo de conocer y empezar a querer a más gente porque eso hace que exista la posibilidad de perderlos... y cuando me vean, cuando no quede más remedio que seguir existiendo en la vida de los demás... les daré la mejor de mis sonrisas a los que ya conozco y la peor de mis caras a los que no. Perdón, de antemano perdónenme sólo tengo miedo, este maldito sentimiento que irónicamente me llena del cobijo que no pretendo recibir de los demás, por lo menos no por ahora.

Aun recuerdo la primera vez que me vi al espejo y descubrí que mis ojos estaban rotos, que ese día cambiaría mi vida, que a partir de ese momento nada sería igual... hoy sólo me doy cuenta que el morado de mis ojos no mentía, el dolor me ha cegado y mi corazón está guardado con llave junto a la memoria de ese momento, de esa punzante fotografía eterna, por lo menos por el tiempo que me tarde en sacar la cabeza y respirar la frescura del olor a inocencia, ese que ya no recuerdo... hasta que las tinieblas me permitan ver al menos la sombra de lo que fui.

Sé que sigue dentro de mi aquel zar de 15 años que se creía el dueño del mundo, que no le tenía miedo a nada excepto a la incertidumbre y que jamás había llorado una lágrima de verdad.

Pero tal vez nunca vuelva, o tal vez se murió junto con él, mientras tanto cada vez que de un paso, seguiré volteando en todas direcciones... a ver si me lo encuentro algún día... y me atrevo a decirle que lo necesito y que no puedo seguir sin él... o talvez lo engañaré, le diré hola y seguiré de largo, para que me alcance y crea que el me encontró a mí... ojala, ojala y suceda...

...para que talvez una de estas noches de insomnio el zar de 15 se vuelva uno con el hemofílico de 24.

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