Wednesday, April 19, 2006

A DIEGO...

Perdóname que te moleste, pero tengo una pregunta que por más que lo intento no logro acordarme... ¿Cómo se llamaba la pinche canción que te gustaba?...¿era de INXS o alguna de esas bandas no?

Te vas y me dejas con esta maldita duda. Por fin entendí que es lo que me tiene tan enojado... me molesta más que el hecho de que ya no estés. Ya se que has a decir...

-Yo aquí saltando de nube en nube, en el lugar que te platique en aquel sueño, y vienes a joder pinche Bitch (me cagaba que llamaras así, pero lo extraño), con tu pregunta mamona acerca de esa pinche canción.

No mames wey, sigues siendo igual de grosero que siempre, ni por que estas en esas cabañas de madera viviendo la eternidad y chupando junto a Dalí y a Dumas, mientras Marilyn Monroe se encuera en un tubo. Más respeto con la damita ¿no?

Esta bien, esta bien; solo fue un estúpido pretexto aunque la verdad si estoy con la duda, y sabes cuanto odio quedarme sin saber algo. Quisiera decirte tanto y no sé como empezar pero esto es un inicio... mi hijo se va a llamar como tú. No sabes cuantas ganas tengo que me pregunte porque se llama así, y platicarle de ti...

Quiero decirle que su nombre significa hermano, que desde el primer día que entramos a la prepa, empecé a conocer ese concepto; que eras súper pedo y muy cagado, que lloramos como imbéciles en Acapulco aquella tarde, que te aprendías canciones que yo cantaba en tu chevy sin haberlas escuchado nunca. Que envidiabas mis ligues y me decías que que me veían si estaba bien feo, aunque tu y yo siempre hemos sabido que soy el más galán; que siempre estábamos muertos de risa... te acuerdas cuando vino el papa y tú y yo nos metimos a las 6 de la mañana a Popocatepetl en el coche y empezamos a saludar gente como idiotas y todos nos contestaban, o cuando no podíamos pararnos de la mitad de la calle en el tope de la peda que traíamos, que tal cuando se nos levanto el coche a medio periférico porque se me paso decirte en cuál salirte...

¿Te acuerdas o no?, por cierto fuiste la primera persona que me presto un coche estándar, el mismo día que me prestaste tu chamarra para que "ella" no viera que de los nervios de estar con ella tenía empapada la camisa... y por tu culpa y gracias a ti le di esa carta ,que pena. ¿Que tal, la graduación con el gordo pegándole a su bocho a las 9 de la mañana en Tlalpan?

Por cierto, que no te he dado las gracias, por aparecerte en mis sueños cuando necesitaba una señal de que estabas bien, cuando imploraba algo que me lo dijera... Dile a Dios que aún no lo entiendo pero que ya lo perdoné, que disculpe todos los improperios que le brinde, que fui un loco y me ofusque...no se tú siempre has sabido que decir, pero dile algo.

Sabes que me caga de ti y tu pinche eternidad o como se llame... Que me estoy volviendo viejo, y que cuando te vuelva a ver para echar las cubas pendientes voy a estar arrugado, calvo y panzón y tu, pinche mal amigo seguirás siempre de 20, eternamente y etéreamente de 20.

Otra cosa, perdóname aunque dirás que no hay nada que perdonar, por la forma en que dije adiós. Se que no es importante para nuestra amistad, pero no supe valorar las prioridades y la verdad es que nunca pensé que me la fueras a aplicar tan rápido, quien iba a pensar que esa maldita enfermedad te llevaría así... y además ya ni te pude presentar a Paty, aunque su abrazo en mi primer cumpleaños sin ti, me hizo ver que ya se conocían de algún lado.

Dile a tu papá que le mando saludos y que no lo culpo por quererse ir a acompañarte y a cuidarte, sino ya estarías en AA de las alturas. ¿Sabes? Hace tres años y medio y no pasa un día que no me acuerde de ti... y ya abusando de la confianza ¿no quieres ser mi ángel guardián o ya de perdida mi diablo guardián (¿ya lo leíste?)? Mi querido Briego, ya te dejo no sin antes decirte por primera vez que te amo... y que tu amistad cambio mi vida, sólo una cosa más...

¿Ya dime cómo se llama la maldita canción? Si se puede que sea en un sueño ¿no?...

Sunday, April 02, 2006

EL LADRÓN DE SEGUNDOS

Basta ya de tanta estupidez!!!… Señor juez, ¿me permite exponerle un par de ideas? Como acusado tengo derechos.

En primer lugar, quiero decir que todos están confundidos. No tienen porque tratarme como a un ladrón cualquiera, porque no lo soy. Efectivamente soy un ladrón, pero uno con clase, unos de esos hampones que ya no hay, digamos que chapado a la antigua, soy un hombre educado y de buenos sentimientos, y de una vez que quede claro, no pretendo quedar libre, que se me juzgue, pero con la categoría que un caballero como yo merece.

… Todo comenzó esa mañana que por fin me paré de la cama, tras una semana infame, una de esas semanas que pudieron no haber existido pero que debieron hacerlo para vivir ese momento. Había pasado días y días pegado al monitor de mi computadora, en la búsqueda de señales para seguir andando este sinuoso camino, que es mi vida… y que cada vez comprendía menos…

Hasta que de pronto, mi mundo dio un giró, que despertó en mí instintos que no conocía. He de aclarar, que nunca antes había visitado los anuncios personales de la red, pero ustedes saben que el ocio fomenta necesidades que sólo se mitigan con la vanalidad. O me van a decir, que no les gusta ver de pronto alguno de esos reality shows… que tanto están en boga en nuestros días.

“Busco a un hombre con pasión que ame mojarse bajo la lluvia, que valore las platicas con vino tinto, que coleccione instantes, que le gusten las películas que le toquen fibras y alguna que otra comedia romántica, que no tenga miedo a bailar sin música y sobretodo, QUE SEPA ROBAR UN BESO…”

Señores del jurado, ese anuncio tenía mi nombre excepto por un detalle, no tenía la experiencia necesaria en el último punto… O acaso, ¿creen que un escritor frustrado, neurótico comprobado y encantador de profesión no tiene derecho a sentir? Ya basta que este mundo relegue a los que pasamos en la cama días enteros tratando de encontrar respuestas a preguntas que no nos atrevemos a formular. ¿Qué un hombre hastiado de la rutina no puede vivir un sueño?, ¿Qué acaso la eternidad no comienza en lunes?

Antes de contestarle a la princesa de mi propio cuento citadino, tenía que ser perfecto para ella, el dragón que debía matar era mi propio miedo; mi armadura, ese traje que recién había comprado y mi espada medio frasco de loción, no hay rival que se le resista a un hombre que huela bien. La torre donde mi princesa esperaba ese beso que la reviviría de su letargo… era mi reto.

Me di un baño y quedé cual verdadero príncipe, uno de Disney pero con rostro masculino. Y tras ese hermoso ritual de soldado que sale valeroso al encuentro con su destino, salí de mi casa en la búsqueda de mi primera víctima…

Al verla, rubia, con ese andar de ejecutiva que puede hacer suspirar a cualquiera, con una de esas miradas que invita a pecar y con esos labios rosas llenos de brillo sabor a vainilla, supe que era ella…

- Disculpe bella dama, me podría dar su hora…
- Claro que sí notable caballero, son las 3:59 PM
- Permítame felicitarla porque acaba de hacer sin saberlo el mejor trato de su vida… yo la haré feliz por un instante y usted me hará eterno. Dichosa usted que sabe quien le robó un segundo.

Su cara lo decía todo, no me importó, la tomé entre mis brazos y le robé ese beso mientras acariciaba su pelo y bebía a sorbos el instante del cuál estaba siendo despojada.
Nada dije, más allá de lo dicho “oscularmente”, si me permiten la expresión.
Obviamente ella, por la sorpresa; y sin falsas modestias, por la maestría de quien les habla, no pudo articular sonido alguno.

Y así paso el tiempo, siempre incrementando mi dicha con esa hermosa colección, primero cada tercer día, luego cada 9 horas, por último… cada 29 minutos. Hasta que por fin decidí que ya era tiempo y respondí a ese anuncio… al de mi princesa de mi propio cuento. Hicimos una cita y me presenté el día acordado, y sin más preámbulos mirándola a los ojos le dije: Aquí tienes al hombre que buscas… y fui firme, pero a la vez suave y gentil para robarle un beso… el beso que sellaría el trato.

Ahora mismo es mi compañera, mi lluvia, mi desnudez y mi eternidad.

Díganme una vez más de que se me acusa… porque no lo entiendo. O es acaso que no entienden que una vida es una colección de instantes que se acumulan en el infinito… y que la eternidad consiste en acumular, los más… Que no saben que Dios es eterno porque los acumuló todos en el momento en que nos brindó la luz, a cambio del primer segundo de vida… y que esa primera nalgada es la firma ineludible que ampara su trato. Entonces, que lo llamen también a juicio porque somos tan culpables el uno como el otro.

Aún así me mantendré de pie y firme como el caballero que soy, denme por pena los años que les plazcan… Al fin y al cabo, más instantes vendrán y yo, yo mis queridos juzgadores….

…Yo ya soy eterno.
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